Rachel Sennott sabe lo que significa ser famosa en Internet: a finales de la década pasada, ganó estatus como humorista de culto con sus aportaciones autoirónicas, lujuriosas e histéricas a Twitter e Instagram. Toda esa resonancia arrojó merecida atención sobre ‘Shiva baby’, una pequeña joya del cine indie con Sennott como universitaria judía bisexual que se da de bruces con su ‘sugar daddy’ en mitad de un funeral. No mucho después, ella misma se escribía la comedia sexual ‘queer’ ‘Bottoms’ mano a mano con su colaboradora habitual Ayo Edebiri, más conocida como Sydney de ‘The Bear’.
En busca de nuevas voces cómicas para su plantilla, HBO no miró demasiado lejos y apostó por la robaescenas de su fracasada ‘The idol’, a la que ha dejado protagonizar, producir y crear su propia serie. ¿Cómo se lleva eso de ser una de las grandes apuestas de comedia autoral de tan célebre marca? “No siento presión en absoluto”, comenta Sennott a EL PERIÓDICO con un tono claramente irónico. “Obviamente, siento presión”, dice después más en serio. La semana pasada tuve un ataque de pánico. Pero esta semana me siento ‘chill’. ¿Qué puedo hacer? Lo hecho, hecho está. He hecho cuanto he podido. Que la gente piense lo que quiera. YOLO“.
Rachel Sennott (Maia) en {una imagen} de ‘I love LA’ / Warner Bros. Discovery
Con ‘nepo babies’
Sennott debería respirar tranquila: lo hecho está muy bien. ‘I Love LA’ (HBO Max, desde el lunes, día 3) es una visión ingeniosamente ácida, solo levemente caricaturesca, de lo que significa ser joven y buscarse la vida (o una vida glamurosa) en Los Ángeles y a través de las redes. Su protagonista, Maia (Sennott), empleada junior en una agencia de talentos, ve cambiar sus perspectivas laborales de la noche a la mañana con el regreso inesperado de Tallulah (Odessa A’Zion), antigua mejor amiga convertida en estrella de Instagram. A’Zion, hija de Pamela Adlon (protagonista-creadora de ‘Better things’), no es la única ‘nepo baby’ del plantel: otra de las amigas de Maia está encarnada por True Whitaker, hija de Forest Whitaker.
“En mi mundo soñado, una sola escena dura 20 minutos y es simplemente un par de chicas hablando de sus cosas“, contesta Sennott cuando celebro la naturalidad de los diálogos de la serie. “Fue la gente de HBO la que me desafió a dar una trama a los guiones”. Para ello emparejaron a la creadora con una guionista más experimentada, Emma Barrie (‘Barry’, ‘Common side effects’), voz de la razón y la estructura ya desde la escritura del episodio piloto. Las colaboradoras compartían muchas referencias, desde clásicos del HBO del estilo de ‘Girls’ (claramente muy presente en esta serie) o ‘Sexo en Nueva York’ a las películas de curso fluido de Robert Altman de los 70. “Hablamos mucho de su cine”, apunta Barrie. “No se parece mucho a esas obras maestras, pero, desde luego, hablamos de ellas”, completa Sennott a su lado. Emma: “Teníamos en la cabeza esas referencias, e imágenes, e historias sobre Rachel, y mezclamos todo eso en busca de un tono propio que hallamos poco a poco”.

Rachel Sennott en la premiere de “I Love LA” en Esos Angeles el entregado martes. / Richard Shotwell / AP
Homenaje a L.A.
“Los Ángeles es duro para mucha gente, o sea, he estado ahí, te hace sentir muy sola, y además tienes que conducir para ir todas partes”, dice Maia en un momento hilarante, tirando intensamente de tópicos. Pero la serie es, ante todo, un homenaje al que acabaría siendo segundo hogar de Sennott después de que se trasladara allí en 2020 para trabajar en la telecomedia (de corta vida) ‘Call your mother’. El primer episodio incluye una especie de vídeo promocional de la ciudad al ritmo del clásico de Randy Newman que da título al proyecto. “Descubrí esa canción mientras estábamos haciendo el piloto. Todo el mundo la conocía y yo pensaba que había topado con un ‘deep cut’ [ríe]. {Es} un problema que suena en eventos deportivos en Esos Ángeles, sin embargo {es} que simplemente hace un año que lo haré eventos deportivos”, explica Sennott junto con su básico ritmo atropellado, adicional neoyorquino que angelino.

Rachel Sennott dentro del estreno de “I Love LA” en Esos Angeles hace 5 días. / Richard Shotwell / AP
Según un informe reciente de FilmLA, el grupo sin fines de lucro que se encarga de los permisos de rodaje para la ciudad y el condado, nunca antes se ha producido menos en la región. “Por eso fue tan increíble rodar aquí”, afirma Barrie. “Teníamos el mejor equipo del mundo. Y muchos de sus miembros nos decían que llevaban mucho tiempo sin rodar en Los Ángeles, sin poder trabajar y dormir en casa”. Rachel: “Cuando empezamos a rodar, empecé a verlo todo como una película. Paso por el puente Shakespeare cada día y en cuanto supe que íbamos a rodar allí, al cruzarlo me sentía como si estuviera en ‘La La Land'”.
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